Skip to content

Una unión de vida con mamá

La unión de vida con mamá: Mi historia. Tu historia. Un llamado a proteger la vida en el vientre

En ocasión del día de las madres, es una buena fecha para reflexionar que El Señor las ha bendecido al ser co-participes con Él en dar  vida. Cada sistema de nuestro cuerpo en algún momento tomo forma dentro del vientre. En algún momento estuvimos unidos físicamente a ellas de una forma única, y llevamos en nuestro ombligo la marca de esta etapa de la vida. Me impresiona pensar en eso y me hace sentir gratitud a Dios y a estas valientes mamás que tomaron la tarea y permitieron el curso del embarazo para que Dios nos formara en su vientre. A pesar de las dificultades familiares, sociales, médicas y económicas que muchas de ellas tuvieron que pasar, no hicieron como hoy en día muchas mujeres hacen, “ejercen su derecho” para quitar la vida a sus hijos indefensos en el vientre. Si estás viendo este video, quiere decir que tuviste una mamá, que respetó tu vida y entendió que solo Dios la da y tiene el derecho de quitarla. Aún aquellos bebes que fueron dados en adopción, son afortunados.

Mandamos un saludo y felicitación a las madres y hacemos un llamado a las mamás que han abortado a entender que matar a sus hijos en el vientre no es “su derecho”, sino una abominación a los ojos de Dios. Pero también hacemos un llamado a estas madres, para que respondan al llamado de Dios en arrepentimiento y Fe en Aquel que pagó por sus pecados, nuestro Señor y salvador Jesucristo, aquel que no conoció pecado, fue hecho pecado en nuestro favor, para encontrar la justicia que necesitamos delante de Dios, en El.

Como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcíliense con Dios!

2 Corintios 5:17-21

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.

Volver arriba
Your Cart

Your cart is empty.