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Samuel Moreno: Un hombre ejemplar…

El 10 de febrero, los Colombianos recibimos con asombro la noticia de la muerte de Samuel Moreno, el ex alcalde de Bogotá. 

Es muy conocido porque pasó a la historia por su participar en el “carrusel de la contratación”, un escándalo de corrupción de los más grandes en la historia reciente de Colombia

Fue condenado por haber recibido de los Nule, un gran soborno por la obra del Transmilenio de la Avenida el Dorado, sobornos por un contrato para el servicio de ambulancias del Distrito, y sobornos de la multinacional brasileña Odebrecht.

Una fuente consultada dice que el “carrusel de la contratación” significó para el estado una pérdida cercana a 2,2 billones de pesos colombianos, es decir, unos 1.100 millones de dólares aproximadamente (a la tasa de 2011).

Estos mega escándalos de corrupción con mucha razón “escandalizaron” al país y despiertan en nosotros ese deseo de justicia.

Quisiera llamar tu atención diciéndote que SAMUEL MORENO, es UN HOMBRE EJEMPLAR… en dos aspectos importantes:

En primero lugar, notemos el contraste de las consecuencias de nuestras acciones respecto de contra quién estamos pecando.

Imagina que defraudas a tu hijo, ¿qué consecuencia puede tener? Quizás Un hijo disgustado.

O qué tal si defraudas a tu esposa? Podría terminar en un divorcio

Y si defraudas a una nación entera? Podrías terminar en cadena perpetua o en algunos casos la pena de muerte.

Y ahora ¿qué sucedería si tu pecado, tu fraude es contra Dios, el rey eterno y Señor justo y santo del universo? ¿Cuáles serían las consecuencias?

No menos que una condena eterna. El pago, la sentencia del pecado es la muerte.

En la biblia vemos al rey David, que defraudó a su ejército, mintió, cometió adulterio, homicidio.

Todos delitos contra otras personas, pero él reconoce en su oración de arrepentimiento registrado en el salmo 51 que su pecado fue realmente contra Dios. Leemos en el versículo 4

”contra ti, contra ti solo he pecado y he hecho lo malo delante de tus ojos” Sal 51:4

En segundo lugar, quisiera que pienses ¿cuál es el peor pecado o delito?…

Es el tuyo. Yo veo que soy rápido para señalar los pecado de otro, pero lento para reconocer los míos.

¿No es el mismo delito el que cometen las personas involucradas en el soborno de un agente de tránsito?

¿No es el mismo delito aquel trabajador que roba a su empresa elementos, tiempo o dinero?

Recuerdo que cuando trabajaba como ingeniero electricista en campo, necesitaba factura para reembolso de mi alimentación, y en los restaurantes me preguntaban si quería modificar el valor de la factura a gusto.

Eso me dejó ver que la corrupción, está muy cerca y es de la misma naturaleza en el corazón de la persona que pide un reembolso por un valor mayor del que realmente le costó.

Pensando en Samuel Moreno y su proceder con el Transmilenio, vale la pena comparar con lo que sucede a pequeña escala día tras día en las estaciones.

Vi como decenas de personas se colaban y saltaban sin pagar. Lo hacían como si no importara, como si no estuvieran robando. Y lo que más me sorprendió fue ver no solo a hombres y mujeres jóvenes, sino también adultos mayores haciéndolo. Me pregunto ¿Hay una edad para categorizar los pecados?

Todo esto ¿No es en el fondo, la misma forma de corrupción del ex alcalde?

Y quiero citar a Pablo en Rom 2 cuando dice: Tal vez crees que puedes condenar a tales individuos, pero tu maldad es igual que la de ellos, ¡y no tienes ninguna excusa!

Cuando dices que son perversos y merecen ser castigados, te condenas a ti mismo porque tú, que juzgas a otros, también practicas las mismas cosas.

2 Y sabemos que Dios, en su justicia, castigará a todos los que hacen tales cosas.

3 Y tú, que juzgas a otros por hacer esas cosas, ¿cómo crees que podrás evitar el juicio de Dios cuando tú haces lo mismo?

4 ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo?

¿Acaso eso no significa nada para ti?

¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?

5 Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo.

Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios. Rom 2:1-5

Hoy soy un mensajero con las mismas palabras del Señor Jesús, “arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Él te está rogando a través de mí, que te reconcilies con Dios.

Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. 2 Co 5:21

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José y Ángela Páez – Familia Páez Durán

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