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Creemos:

En la Biblia, por lo cual aceptamos los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento; es la Palabra de Dios, inspirada e infalible. Es la norma suprema de fe y conducta. (Lucas 24:44-47; Juan 10:35; 1 Corintios 15:3-4; 2 Timoteo 3:15-17; 1 Pedro 1:10-12).

En un solo Dios eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Génesis 1; Levítico 19:2; Deuteronomio 6:4-5; Isaías 5:16; 6:1-7; 40:18-31; Mateo 3:16-17; 28:19-20; Juan 10:30; Juan 14:6-27; 1 Corintios 8:6; 2 Corintios 13:14; Gálatas 4:4-6; Efesios 2:13-18; 1 Juan 1:5; 4:8).

En la deidad de Jesucristo (Juan 10:33); Su encarnación por obra del Espiritu Santo; Su nacimiento virginal (Isaías 7:14, Mateo 1:23, Lucas 1:34-35); Su vida sin pecado (Hebreos 4:15, 7:26); Sus milagros (Juan 2:11); Su sufrimiento y muerte sustituta por nuestros pecados (I Corintios 15:3, Efesios 1:7, Hebreos 2:9); Su resurrección (Juan 11:25, I Corintios 15:4); Su ascensión a la derecha del Padre y está allí intercediendo por nosotros (Marcos 16:19, Rom 8:34); Su futuro retorno personal a la tierra en poder y gloria (Hechos 1:11, Apocalipsis 19:11-16).

Que el ser humano nace con una naturaleza caída y, por tanto, está inclinado al mal y esto de continuo. Por esta causa es necesaria la regeneración por el Espíritu Santo para la salvación. Todos son justificados por la fe en el derramamiento de la sangre de Cristo y que sólo por la gracia de Dios mediante la fe, podemos ser salvos, justificados y regenerados (Isaías 53:5-6, 11; Marcos 10:45; Lucas 24:46-48; Juan 1:29; 3:14-17; 5:24; Hechos 4:10-12; Romanos 3:21-26; 4:17-25; 5:6-21; 1 Corintios 6:20; 2 Corintios 5:14- 21; Gálatas 1:3-4; 3:13-14; Colosenses 1:19-23; 1 Timoteo 2:3-6; Tito 2:11-14; 3:5; Hebreos 2:9; 9:11-14; 13:12; 1 Pedro 1:18-21; 2:19-25; 1 Juan 2:1-2; Efesios 2:8-10).

En la Resurrección los muertos, los salvos y los perdidos; Aquellos que son salvos para resurrección de vida y aquellos que no para condenación eterna (Jn 5:28-29).

En la Iglesia, la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor y Salvador, el Cuerpo de Cristo llamado a ser uno por el Espíritu Santo. Es sal y luz del mundo. Tiene el mandamiento de ir y hacer discípulos y predicar las buenas nuevas de salvación a toda criatura (Romanos 8:9, I Corintios 12:12-13, Gálatas 3:26-28; Mateo 5:13-16; Marcos 16:15, Mateo 28:19-20).

En el Espíritu Santo, que está siempre presente y eficazmente activo en la iglesia y en este mundo, convenciendo al mundo de Pecado, regenerando a los que se arrepienten y creen, santificando a los creyentes, y guiando a toda verdad (Romanos 8:13-14, I Corintios 3:16, 6:19-20, Efesios 4:30; 5:18, Juan 7:39; 14:15-18, 26; 16:7-15; Hechos 2:33; 15:8-9; Romanos 8:1-27; Gálatas 3:1-14; 4:6; Efesios 3:14-21; 1 Tesalonicenses 4:7-8; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 3:24; 4:13).

Que de Dios hemos recibido dones según su multiforme gracia, esto para servir a otros y que en todo Dios sea glorificado (1 Pedro 4:10-11)

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